La planta que vamos a analizar hoy es la Adoxa moschatellina L., una especie de la familia de las adoxáceas que se distribuye por Europa, Asia y América del Norte. Se trata de una planta herbácea perenne, de pequeño tamaño, que crece en lugares húmedos y sombreados, como bosques, prados o márgenes de ríos. Su nombre común es moscatelina o hierba mosquera, debido al olor a almizcle que desprende cuando se frota.
La moscatelina tiene un tallo erecto, ramificado en la parte superior, que puede alcanzar los 20 cm de altura. Las hojas son opuestas, pecioladas, compuestas por tres o cinco folíolos ovales o redondeados, con el margen dentado. Las flores se agrupan en inflorescencias terminales, formando una especie de cubo con cuatro caras. Cada cara tiene una flor grande y verdosa, con cuatro pétalos y cuatro estambres. En el centro del cubo hay una quinta flor, más pequeña y amarillenta, con cinco pétalos y cinco estambres. El fruto es una drupa globosa, de color negro o morado, que contiene una sola semilla.
La moscatelina es una planta poco conocida y poco estudiada, pero tiene algunas propiedades medicinales y culinarias. Se ha usado tradicionalmente para tratar afecciones respiratorias, como tos, bronquitis o asma, por su efecto expectorante y antiespasmódico. También se ha empleado para aliviar dolores reumáticos, inflamaciones o heridas, por su acción antiinflamatoria y cicatrizante. Además, se ha utilizado como condimento para dar sabor y aroma a algunos platos, como sopas, ensaladas o quesos.
La moscatelina es una planta que merece ser más valorada y conservada, ya que forma parte de la biodiversidad de nuestro entorno y nos ofrece beneficios para la salud y el paladar.