La planta conocida como Aethusa cynapium L. o cicuta menor es una especie de la familia de las apiáceas que se distribuye por Europa, Asia y África. Se trata de una hierba anual que crece en terrenos cultivados, bordes de caminos, prados y lugares húmedos. Tiene un tallo erecto, ramificado y hueco, que puede alcanzar hasta un metro de altura. Sus hojas son alternas, compuestas y divididas en segmentos estrechos y dentados. Sus flores son blancas, pequeñas y se agrupan en umbelas terminales. Sus frutos son ovoides, con costillas y pelos cortos.
Esta planta tiene un olor desagradable y un sabor amargo, que la hace poco apetecible para el ganado y los animales domésticos. Sin embargo, puede ser confundida con otras plantas comestibles, como el perejil, el hinojo o el apio, lo que supone un riesgo de intoxicación. De hecho, la cicuta menor es una de las plantas más tóxicas de Europa, ya que contiene alcaloides como la coniína, la aetusaína o la cicutoxina, que afectan al sistema nervioso central y provocan síntomas como náuseas, vómitos, convulsiones, parálisis respiratoria y muerte.
El uso medicinal de esta planta es muy limitado y debe realizarse bajo supervisión médica. Algunos autores antiguos la mencionan como un remedio para las mordeduras de serpientes, las inflamaciones oculares o las enfermedades cutáneas. Sin embargo, su eficacia no está demostrada y su toxicidad es muy elevada, por lo que no se recomienda su empleo terapéutico.
En este artículo hemos presentado las características botánicas, ecológicas y toxicológicas de la cicuta menor, una planta que debe ser conocida y evitada por su peligrosidad. Esperamos que esta información sea de utilidad para los lectores interesados en el mundo vegetal y en la prevención de intoxicaciones.