La planta Alocasia macrorrhizos, también conocida como oreja de elefante o taro gigante, es una especie originaria de las regiones tropicales y subtropicales de Asia y Oceanía. Se trata de una planta herbácea perenne que puede alcanzar hasta 5 metros de altura, con hojas grandes, ovaladas y acorazonadas, de color verde oscuro y con nervaduras prominentes. Las flores son pequeñas, blancas y aromáticas, y se agrupan en un espádice rodeado por una espata verde. El fruto es una baya roja que contiene numerosas semillas.
Esta planta se cultiva principalmente como ornamental, por su belleza y exotismo, pero también tiene usos alimenticios y medicinales. Las hojas jóvenes se pueden consumir cocidas como verdura, y los rizomas se pueden preparar como el taro, un alimento básico en muchas partes del mundo. Sin embargo, hay que tener cuidado de eliminar el ácido oxálico que contiene la planta, ya que puede causar irritación e intoxicación si se ingiere en grandes cantidades. La planta también tiene propiedades antibacterianas, antiinflamatorias y analgésicas, y se utiliza para tratar diversas afecciones como heridas, inflamaciones, dolores de cabeza, fiebre y diarrea.
La Alocasia macrorrhizos es una planta que requiere unas condiciones de cultivo específicas para prosperar. Necesita un suelo rico en materia orgánica, bien drenado y ligeramente ácido. También necesita una exposición a pleno sol o sombra parcial, y una temperatura cálida y húmeda durante todo el año. No tolera el frío ni las heladas, por lo que se debe proteger en invierno o cultivar en invernadero. Se debe regar con frecuencia, pero sin encharcar el suelo, y abonar cada dos semanas con un fertilizante equilibrado. Se puede propagar por semillas o por división de rizomas.
La Alocasia macrorrhizos es una planta fascinante que puede aportar un toque tropical y exuberante a cualquier jardín o interior. Sin embargo, hay que tener en cuenta sus necesidades de cultivo y sus posibles efectos tóxicos si se quiere disfrutar de ella sin problemas.