La orquídea morada (Anacamptis morio (L.) R.M.Bateman, Pridgeon & M.W.Chase ) es una especie de planta herbácea perenne que pertenece a la familia de las orquidáceas. Se distribuye por gran parte de Europa, el norte de África y el oeste de Asia, y se caracteriza por sus flores de color púrpura intenso con un labelo trilobulado y un espolón corto y curvado.
Esta planta crece en prados, pastizales, bosques claros y bordes de caminos, preferentemente en suelos calcáreos y con buena exposición solar. Florece entre marzo y junio, según la latitud y la altitud, y forma grupos densos que pueden alcanzar los 40 cm de altura. Sus hojas son lanceoladas, verdes y con manchas púrpuras en la base. Sus flores se disponen en una inflorescencia terminal en forma de espiga, con brácteas membranosas que las protegen. Cada flor tiene tres sépalos y tres pétalos, siendo el pétalo inferior o labelo el más grande y vistoso. El labelo tiene tres lóbulos, el central más ancho y con manchas oscuras, y el lateral más estrecho y curvado hacia arriba. El espolón es una prolongación hueca del ovario que contiene néctar para atraer a los polinizadores, principalmente abejas y abejorros. El polen se encuentra en unas estructuras llamadas polinias, que se adhieren al cuerpo del insecto cuando esta visita la flor.
La orquídea morada es una planta con un alto valor ecológico y estético, que forma parte de la flora silvestre de muchos países europeos. Sin embargo, también es una especie amenazada por la pérdida de hábitat, el pastoreo excesivo, el uso de herbicidas y la recolección ilegal. Por ello, se han establecido medidas de conservación para proteger sus poblaciones y su diversidad genética, como la inclusión en el Convenio de Berna y en el Catálogo Español de Especies Amenazadas. Además, se han realizado estudios científicos para conocer mejor su biología, su ecología y su evolución, así como para mejorar su cultivo en condiciones controladas.
La orquídea morada es una planta fascinante que merece ser admirada y respetada por todos los amantes de la naturaleza. Su belleza, su fragilidad y su adaptación al medio son un ejemplo de la riqueza y la complejidad de la vida vegetal.
