La planta Aria edulis (Willd.) M.Roem. es una especie de arbusto o pequeño árbol que pertenece a la familia de las rosáceas. Se distribuye por el sur y el oeste de Europa, desde los Pirineos hasta los Alpes, y también se encuentra en el norte de África y Asia Menor. Su nombre común es peral silvestre o peral de monte, y se caracteriza por tener hojas caducas, ovaladas, dentadas y con pelos en el envés. Sus flores son blancas, pequeñas y aromáticas, y se agrupan en racimos terminales. Su fruto es una pera pequeña, verde o amarillenta, comestible pero áspera y poco jugosa.
Nombres comunes
Peralillo de cumbre, Serbal blanco, Mostajo.
El peral silvestre es una planta que se adapta bien a diferentes condiciones climáticas y edáficas, aunque prefiere los suelos frescos, profundos y ricos en materia orgánica. Soporta el frío y la sequía, y resiste el fuego gracias a su capacidad de rebrotar. Es una especie que forma parte de los bosques caducifolios de montaña, donde suele acompañar a otras especies como el haya, el roble o el abedul. También se puede encontrar en zonas de matorral, bordes de caminos o claros de bosque.
El peral silvestre tiene varios usos tanto ecológicos como económicos y culturales. Por un lado, es una planta que contribuye a la conservación de la biodiversidad, ya que ofrece refugio y alimento a numerosas especies de aves e insectos. Por otro lado, es una planta que tiene propiedades medicinales, alimenticias y ornamentales. Sus hojas se han usado tradicionalmente para tratar afecciones respiratorias, digestivas y renales. Sus frutos se pueden consumir frescos o cocidos, o se pueden elaborar mermeladas, licores o vinagres. Su madera es dura, compacta y resistente, y se ha empleado para fabricar muebles, utensilios o instrumentos musicales. Su floración es muy vistosa y perfumada, y se ha utilizado para adornar jardines o balcones.
En conclusión, el peral silvestre es una planta con un gran valor ecológico y cultural, que merece ser conocida y respetada por su belleza y sus beneficios.
