El Citrus Myrtifolia es un árbol que se puede plantar en una simple maceta, en tu jardín o como bonsái. Uno de los nombres que se le da es el de Chinoto, en España se le conoce como naranjo moruno.
Es un árbol frutal de tamaño reducido, sus hojas, en comparación a los otros árboles cítricos, son las más pequeñas. Su fruto, en cambio, tiene un aspecto similar a la mandarina.
Origen y Características del Chinoto
Su nombre científico es Citrus Myrtifolia, antes considerado una variedad del naranjo amargo, por lo que se le denominaba “Citrus Aurantium Var Myrtifolium”, pero por sus diferencias lo hicieron ser una especie independiente.
Puede alcanzar una altura máxima de 4 metros, con una copa muy densa, compuesta por ramas que brotan hojas perennes pequeñas con formas lanceoladas y coriáceas, con unos 2 centímetros de largo.
Las flores son blancas, pequeñas y con un aroma muy intenso como la mayoría de los cítricos, desprenden un aroma que atrae abejas y otros insectos polinizadores.
Los frutos son pequeños y redondos, amarillos o naranjados, aunque no comestibles, pueden persistir por varios meses en la planta antes de desprenderse, lo cual le hace adecuado para decoración si se desea.
Dónde Se Cultiva
El Citrus Myrtifolia debe estar a pleno sol. Sus raíces no son invasivas, de modo que se puede cultivar en cualquier tipo de jardines. Sin embargo, el beneficio de tenerlo en una maceta es que puede ser cultivado en cualquier parte.
Hay que tener cuidado al plantarlo de que tenga espacio suficiente para un correcto desarrollo. Es necesario que sea cultivado en climas cálidos para una perfecta maduración de sus frutos.
Su cultivo debe ser en zonas libres de heladas, es aconsejable protegerlos de temperaturas inferiores a -2ºC, también debe estar protegido de las sequías y calor intenso.
Cuidados Fundamentales del Citrus Myrtifolia
Comenzando con lo más básico del cuidado de una planta, el riego, éste debe ser frecuente en especial en el verano. Se debe regar en una media de 3 veces al día en dicha estación, y un poco menos el resto de estaciones.
Necesita riego continuo, principalmente con las altas temperaturas y aún más en época de crecimiento, durante el invierno podemos distanciar los riegos para no pudrir sus raíces por un exceso de humedad.
La tierra que podría beneficiar más a un Citrus Myrtifolia son aquellos suelos ricos en materia orgánica, y ligeramente ácidos (pH de 5-6).
Pueden crecer bien en un suelo calizo, pero en estos se frecuenta la clorosis debido a la falta de hierro, por esto es aconsejable que si se cultiva en ellos será necesario aportarle quelatos de hierro de vez en cuando.
El abono es fundamental para estos ejemplares, se le puede añadir estiércol al final del invierno o utilizar abono de liberación lenta especial para cítricos desde la primavera.
El Citrus Myrtifolia es bastante resistente aunque puede verse atacado por plagas. Aquellas como: araña roja, mosca blanca o cochinillas en primavera y verano. Estos insectos se alimentan de savia, aún más en brotes tiernos.
A pesar del daño que puedan causar, se pueden contrarrestar con insecticidas autorizados para la agricultura ecológica, como la tierra de diatomeas o el aceite de neem.