La Cotyledon orbiculata, comúnmente conocida como Cotiledón o Planta de Jade, es una planta suculenta que pertenece a la familia Crassulaceae. Originaria de Sudáfrica, esta especie ha capturado la atención de botánicos y entusiastas de las plantas por su singular belleza y su capacidad para adaptarse a diversos entornos.
El Cotiledón presenta un crecimiento erguido y puede alcanzar alturas de hasta 1,5 metros, aunque comúnmente se encuentra en tamaños más modestos de alrededor de 60 cm. Su estructura es robusta, con tallos hinchados que sostienen hojas carnosas, opuestas y ovoides, que se estrechan hacia el peciolo corto. Las hojas son redondeadas en la zona apical y poseen una pequeña punta, característica distintiva de la especie.
La superficie de las hojas es de un color verde grisáceo, cubierta por una pruinosidad que les otorga un aspecto plateado. Los márgenes de las hojas a menudo presentan un tinte rojizo, lo que añade un contraste visual atractivo. Estas hojas no solo son llamativas, sino que también desempeñan una función vital: almacenan agua, lo que permite a la planta sobrevivir en condiciones de sequía.
Durante la primavera y el verano, la Cotyledon orbiculata florece, produciendo inflorescencias en forma de falsa umbela. Las flores son colgantes, con tonalidades que varían entre el amarillo y el rojizo, y emergen en panículas terminales que pueden contar con grupos de hasta 15 flores. Estas flores no solo son un espectáculo visual, sino que también atraen a una variedad de polinizadores, desempeñando un papel importante en el ecosistema de su hábitat natural.
En cuanto a su cultivo, el Cotiledón es una planta de bajo mantenimiento que se adapta bien a jardines secos o de grava y es ideal para ser cultivada en contenedores, ya sea sola o en compañía de otras suculentas. Requiere una exposición al pleno sol y puede soportar temperaturas cálidas, así como heladas esporádicas y no rigurosas de hasta -3ºC. No es exigente con el tipo de suelo, siempre y cuando este ofrezca un buen drenaje.
El riego debe ser moderado durante la primavera y el verano, permitiendo que la tierra se seque entre riegos, y se debe evitar el riego en invierno. Un abonado mensual con fertilizante mineral durante las estaciones de crecimiento favorecerá su desarrollo y floración. Además, es resistente a la mayoría de plagas y enfermedades, aunque es crucial no excederse con el riego para evitar problemas de pudrición.
La propagación del Cotiledón es sencilla y se puede realizar mediante esquejes de tallo o de hoja en primavera. También es posible la multiplicación a través de semillas, lo que permite a los aficionados a la jardinería experimentar con la crianza de esta planta tan peculiar.
En resumen, la Cotyledon orbiculata es una planta suculenta que destaca por su resistencia, su bajo requerimiento de cuidados y su belleza estética. Su capacidad para almacenar agua en sus hojas y su tolerancia a la sequía la convierten en una opción excelente para jardines de bajo mantenimiento y para aquellos que buscan agregar un toque de singularidad a sus espacios verdes. Con su estructura robusta, sus hojas plateadas y sus vibrantes flores, el Cotiledón es una joya en el mundo de las plantas suculentas.