El Crataegus azarolus L., conocido comúnmente como Azarolo o Acerolo, Majuelo, Espino Blanco es una especie de espino que se encuentra principalmente en la cuenca mediterránea. Este árbol o arbusto caducifolio pertenece a la familia de las Rosáceas y es apreciado tanto por su valor ornamental como por sus frutos comestibles, que poseen un sabor agridulce muy característico.
El acerolo es una planta robusta y resistente que puede crecer hasta una altura de 3 a 5 metros. Se caracteriza por tener ramas tomentosas y, en su estado silvestre, algo espinosas, aunque las variedades cultivadas suelen carecer de espinas. Las hojas del azarolo son de un verde brillante por el haz y más grisáceas por el envés, con una forma ovada cuneiforme en la base y profundamente divididas en tres o cinco lóbulos, que pueden ser enteros o dentados. Los pecíolos cortos y pubescentes sostienen estas hojas que, al principio de su desarrollo, pueden presentar pubescencia en ambas caras, pero que posteriormente la conservan únicamente en el envés.
La floración del aceolo ocurre en los meses de abril y mayo, presentando flores blancas que se disponen en corimbos de 3 a 18 florecillas. Estas flores no solo añaden un atractivo visual al árbol, sino que también son importantes para la polinización y la posterior producción de frutos.
El fruto del azarolo, conocido como acerola, es globoso y alcanza aproximadamente 2 cm de diámetro. Madura en septiembre y puede presentar una coloración que varía del rojo al amarillo. Cada fruto contiene una pulpa carnosa y comestible que rodea tres semillas. Los frutos son apreciados tanto por su uso en la cocina, en preparaciones como mermeladas y jaleas, como por sus propiedades nutricionales, siendo una fuente de antioxidantes.
Desde un punto de vista ecológico, el acerolo es una especie de gran valor, ya que contribuye a la biodiversidad de los ecosistemas mediterráneos y ofrece alimento a diversas especies de aves y otros animales. Además, su capacidad para crecer en una amplia gama de suelos y su resistencia a la sequía lo hacen ideal para la reforestación y la ornamentación de jardines y parques.
En cuanto a su uso medicinal, el azarolo ha sido empleado tradicionalmente por sus propiedades beneficiosas para la salud. Se le atribuyen efectos positivos en la mejora de la circulación sanguínea y la prevención de enfermedades cardiovasculares, gracias a su contenido en flavonoides y otros compuestos bioactivos.
En resumen, el Crataegus azarolus L. es una especie con una rica historia, un presente significativo en la cultura mediterránea y un potencial futuro en la medicina natural y la conservación ambiental. Su cultivo y estudio continúan aportando conocimientos valiosos sobre su manejo agronómico y sus beneficios para el ser humano y el medio ambiente.