El arte de atender y conservar un árbol o planta en una maceta, por decenas o cientos de años, se identifica con el término de Bonsái, donde se brinda un máximo cuidado a su desarrollo y formación. Acertadamente, se le identifica como arte verde, lo que se asemeja al ikebana, que es el arte japonés de los arreglos florales.
Desde hace unas décadas los bonsáis no eran muy conocidos entre los jóvenes, sin embargo, gradualmente está captando más adeptos y en la actualidad, personas de todas las edades se dedican a esta obra de arte viviente.
¿En qué consiste el arte del bonsái?
La finalidad de cultivar un bonsái es que se asemejen lo más posible a los árboles reales; que tengan un aspecto viejo, pero que se conserven en tamaño miniatura. Básicamente, es imitar lo que sucede en la naturaleza. Las plantas experimentan sus propias transformaciones de crecimiento y forma, con el transcurso de las estaciones. En el caso de los bonsáis esos cambios ocurren al sembrarse en una maceta, lo que hace posible que el artista a su cuidado valore su estado natural, así como su significación estética.
Lo encantador del tronco, de sus ramas torcidas, la disposición de sus hojas y su arraigo a la planta, determinan al bonsái como una excelente obra de arte.
El criar estos árboles miniatura, así como su atención y esmero, es un arte estético que vienen depurando los japoneses y que progresivamente se está dando a conocer, y está captando más seguidores a nivel mundial, a través del tiempo.
Formándolo a medida que crece
No es sencillo que un bonsái tome la forma que te has propuesto, aunque pases años cultivándolo, sin embargo, esto no es una misión imposible, si cuentas con la preparación necesaria, las destrezas y la paciencia requerida para lograr ese objetivo.
Con frecuencia se asemeja el cultivo del bonsái correctamente con la crianza de un niño, pues, en tanto la planta esté viva se le puede ir dando formas distintas. En este sentido son muy semejantes a los seres humanos, ya que mientras vamos creciendo, nos van formando y nos vamos moldeando de acuerdo a nuestras experiencias y limitaciones; lo que también sucede en los bonsáis.
Se debe tener presente que ante todo son seres vivos complejos, a los que se les aprecia realmente al familiarizarse con él. Toda especie de árbol se puede convertir en bonsái. En vista de que no son el resultado de un manejo genético, sino de técnicas que llevan su crecimiento, toda especie de árbol es factible de ser transformada en bonsai.
Los japoneses, que fueron los primeros en cultivar este arte, se dieron cuenta que los árboles toman ciertas características de acuerdo al terreno donde se encuentren, cosa que llevaron a los estilos de bonsái. En los bosques los árboles presentan movimiento, por ejemplo, al pie de una montaña se encuentran inclinados.
Entre algunos estilos básicos de bonsái tenemos el Yose-ue (Bonsái bosque), Hokidachi (estilo escoba), el Chokkan (estilo vertical formal), Shakan (Estilo inclinado), Moyogi (estilo vertical informal), el Kengai (estilo cascada) o el Fukinagashi (Estilo barrido por el viento).
