El Eryngium bourgatii Gouan, comúnmente conocido como cardo azul o cardo de la Magdalena, es una planta que evoca la robustez y la belleza de las montañas donde prospera. Esta especie pertenece a la familia Apiaceae y se encuentra principalmente en los paisajes alpinos y subalpinos, donde su presencia aporta un toque de color y textura únicos al entorno.
La planta se caracteriza por su tallo erecto, que puede alcanzar hasta 45 cm de altura, y por sus hojas basales divididas en segmentos espinosos. Estas hojas, de 3 a 7 cm, presentan una división en tres segmentos que pueden ser de 1 a 2 veces pinnatífidos. La naturaleza espinosa de la planta no solo le confiere un aspecto distintivo, sino que también juega un papel importante en su supervivencia, protegiéndola de los herbívoros.
Las flores del Eryngium bourgatii son sésiles y se agrupan en capítulos hemisféricos, rodeados por un involucro de brácteas espinosas que sobresalen notablemente. El color azul predominante en los tallos y la inflorescencia es uno de los rasgos más llamativos de la planta, proporcionando un espectáculo visual cuando florece a finales de la primavera y durante el verano.
El hábitat natural del cardo azul son las gleras y pedregales de montaña, donde forma grandes poblaciones. Su presencia es frecuente en los Pirineos y en el Sistema Central, entre otras zonas montañosas de España. La planta prefiere los prados mesoxerófilos y mesófilos de montaña, y a menudo se encuentra en pastos subalpinos frecuentados por el ganado.
Desde un punto de vista fitogeográfico, el Eryngium bourgatii tiene una distribución boreo-alpina de gran amplitud corológica, lo que indica su capacidad para adaptarse a diferentes condiciones climáticas y geográficas. Esta adaptabilidad es un testimonio de la resiliencia y la fortaleza de la especie.
En cuanto a su uso, el cardo azul ha sido valorado por sus propiedades medicinales y simbólicas. Tradicionalmente, se ha utilizado en la medicina popular para tratar diversas dolencias, y su presencia en la cultura popular refleja su importancia en el imaginario colectivo de las regiones donde crece.
El fruto del Eryngium bourgatii está formado por dos mericarpos y está recubierto de escamas. Este detalle, junto con la ausencia de costillas en el fruto, es otra característica distintiva de la planta. La reproducción de la especie se asegura a través de estos frutos, que permiten la dispersión de las semillas y la continuación de su ciclo de vida.
En resumen, el Eryngium bourgatii Gouan es una planta que no solo destaca por su belleza y singularidad, sino también por su importancia ecológica y cultural. Su estudio y conservación son esenciales para mantener la biodiversidad de los ecosistemas montañosos y para preservar el patrimonio natural y cultural de las regiones donde se encuentra.
