Flores de Santa Paulina: Un viaje hacia la paz interior
La Santa Paulina es una planta pequeña también conocida como “la violeta africana” por ser originaria de África oriental. Actualmente se cultivan en distintas partes del mundo, pertenecientes a la familia Gesneriáceas estas plantas se caracterizan por sus hojas gruesas de color verde, aterciopeladas y de forma ovalada, y por sus flores de distintos colores blancas, violetas, azul claro y púrpura. También por producto de un proceso de hibridación se pueden conseguir flores rojas, amarillas y rosadas.
Esta especie de planta se adapta fácilmente a cualquier espacio interior y temporada del año puesto que no necesita estar expuesta directamente a los rayos del sol, pero si protegida del exceso de agua en el riego y de las corrientes de aire frío que pueden marchitar sus hojas.
Entre las variedades más conocidas se encuentran: La violeta africana lila, disponibles en varios tamaños inclusive en miniaturas, de flores bicolores, ideal para tenerla dentro de casa por su facilidad para crecer en macetas dentro de ambientes con luz artificial; y la rosa moñuda que comúnmente florecen en época de verano y sus flores simples de cinco pétalos o moñudas con más de cinco pétalos se agrupan formando tríos muy llamativos y útiles para decorar ambientes.
Reproducción
La reproducción de esta planta se logra a través de la siembra de semillas o de hojas preferiblemente en verano. La multiplicación por hojas consiste en implantar una hoja grande con su peciolo en tierra humedad o colocar la hoja durante varios días en agua hasta que le salgan raíces para proceder a sembrarla en una maceta.
Riego
La Santa Paulina requiere de cuidados extremos en cuanto a su riego por tratarse de una planta de raíces finas y delicadas que se pudren con facilidad por exceso de agua, se recomienda sembrarla en lugares con buen drenado, regar en primavera y verano 2 veces por semana, en otoño una vez por semana y en invierno cada 15 días, manteniendo cuidado de no mojar sus hojas, tallos y flores.
Poda
Antes de podar es necesario observar el tipo de afectación que presenta la planta, si exhibe manchas u hojas amarillas puede ser a consecuencia del frío por lo tanto es necesario trasladarla a un sitio cálido, en caso de hojas y flores que se pudren puede deberse al exceso de agua en el riego. Únicamente proceda a podar en caso de pérdida de gran parte de las hojas comenzando con cortar a ras las hojas restantes y parte de las raíces. Es aconsejable asegurarse de verificar que el sustrato contenido en la maceta sea el adecuado.
Otros cuidados
Si la planta contiene polvo en sus hojas o flores retírelo mediante el uso de un pincel, no utilice agua para la limpieza de la Santa Paulina porque puede ocasionarle daño, agregue un poco de fertilizante durante primavera y verano para facilitar el crecimiento de las flores, cámbiela de maceta en caso de presentar un follaje espeso y esta se encuentra llena de raíces, el cambio de recipiente favorece el desarrollo de las hojas.
Plagas
La Santa Paulina puede ser atacada por cochinilla, un insecto de color blanco, negro o gris, parecido a una lapa que generalmente se asienta sobre sus hojas y que se combate con productos insecticidas disponibles en su vivero de confianza.
El exceso de riego y la falta de ventilación pueden ocasionar la aparición de Botritis que es un hongo que se observa en la planta como un moho gris pudiendo ocasionar la pudrición de las hojas y del tallo. Controlar el riego y cortar las hojas afectadas es la mejor forma de combatirlo.
Estas flores elegantes, de suave aroma y hojas aterciopeladas que para algunos son un reflejo de equilibrio, calma y armonía, forman parte de las maravillas que aporta la naturaleza para imaginar el comienzo de un viaje hacia un mundo espiritual lleno de una gran paz interior.