El arce japonés, o Acer palmatum, es originario de los países asiáticos, especialmente de Japón y de Corea del Sur. Este tipo de arce es una estrella irrefutable de jardines, zonas verdes e incluso interiores en forma de bonsáis, a lo largo y ancho del mundo.
El arce japonés es una de las plantas con más demanda en el mercado. Su elegancia, su porte, su rusticidad y sus hojas que se asemejan a la palma de una mano son sus principales características resaltantes. Lo cierto es que es poco común ver árboles o arbustos de este tipo, lo que hace que el arce japonés conquiste corazones y jardines.
Características del Arce Japonés
El arce japonés resalta por ser una planta de aspecto muy delicado, que al contrario de otros arces tiene un porte arbustivo. Es una planta sencilla de tener en casa siempre que se cuide correctamente.
Él puede alcanzar hasta los 10 metros de altura cultivándolo en jardines, pero al tenerlo en una maceta solo llegará a los 3 o 4 metros. Además, el arce japonés crece de manera tardía, pudiendo tomarle entre siete y diez años alcanzar su madurez.
El arce japonés presenta un diseño ovalado, formando una especie de cúpula con ramas ligeramente caedizas. Sus hojas presentan un tamaño curioso, entre 4 cm de ancho y 10 cm de alto.
El color de las mismas varía entre verde, amarillo, rojo y púrpura, dependiendo de la estación. Generalmente, florece en primavera y en el otoño sus hojas se tornan de un maravilloso tono rojo, aportándole color a jardines y hogares.
Cuidados del Arce Japonés
El arce japonés no requiere de grandes cuidados, de hecho, es una planta muy poco exigente en sus necesidades. Sin embargo, te explicaremos los cuidados que requiere para que adorne tu entorno:
• Suelo: El sustrato es uno de los puntos primordiales para cuidar a cualquier planta. En este caso, es necesario un suelo fresco y arenoso, no calizo, y con un buen drenaje. De igual forma, necesita un suelo ligeramente ácido, con un pH de entre 4 y 6. Para esto se recomienda utilizar un sustrato preparado para plantas acidófilas. Otra opción es agregarle regularmente hojas de pino.
• Luminosidad: El arce japonés prefiere los climas frescos, con temperaturas entre los 30º C de máxima y los -18º C de mínima. La luz que requiere varía dependiendo de la temperatura del clima en el lugar donde se encuentre. En zonas frías, el arce japonés ama la exposición a pleno sol, mientras que en zonas más calurosas es recomendable ubicarlo en semisombra o en sombra plena.
• Riego : El arce japonés precisa regularmente de agua. Igualmente, la frecuencia del riego dependerá del clima que lo rodee y de la estación. Durante los meses de invierno será suficiente con regarlo cada dos o tres días, pero en verano la planta podría requerir agua cada dos días. Es de acotar, que si el arce japonés se encuentra plantado en una maceta será necesario regarlo con mayor frecuencia, pero teniendo cuidado con los encharcamientos. De igual manera, se prefiere utilizar agua de lluvia o agua con cierto grado de acidez para mantenerla sana a ella y a sus hojas de colores vivos.