El ajo de tres ángulos (Allium triquetrum L.) también conocido como Lágrimas de la Virgen, es una planta herbácea perenne de la familia de las amarilidáceas, originaria del Mediterráneo occidental. Se caracteriza por tener hojas planas y triangulares, flores blancas con una línea verde en los pétalos y un fuerte olor a ajo cuando se machacan. Es una especie muy adaptable que crece en diversos hábitats, desde bosques y prados hasta jardines y bordes de caminos. Tiene propiedades medicinales y culinarias, pero también puede ser invasiva y competir con otras plantas nativas.
El ajo de tres ángulos se reproduce por semillas y por bulbillos que se forman en la base de las flores. Estos bulbillos pueden dispersarse por el agua, el viento o los animales, y germinar fácilmente en suelos húmedos y ricos en nutrientes. La planta florece entre marzo y mayo, y después se seca y queda latente hasta el otoño, cuando vuelve a brotar. Su ciclo de vida coincide con el de las plantas anuales, lo que le da una ventaja competitiva sobre ellas.
El ajo de tres ángulos tiene varios usos tradicionales en la medicina popular y la gastronomía. Se le atribuyen propiedades antibióticas, antifúngicas, antiinflamatorias y diuréticas, y se emplea para tratar afecciones como resfriados, bronquitis, asma, infecciones urinarias, reumatismo y gota. También se utiliza como condimento para ensaladas, sopas, guisos y tortillas, o como sustituto del ajo común. Su sabor es más suave y dulce que el del ajo, pero también más persistente. Se recomienda consumirlo con moderación, ya que puede causar flatulencia, indigestión y alergias.
Sin embargo, el ajo de tres ángulos también tiene un impacto negativo en algunos ecosistemas, especialmente en las islas donde ha sido introducido accidental o deliberadamente. Se considera una especie invasora que desplaza a otras plantas autóctonas, altera la estructura y el funcionamiento de las comunidades vegetales y reduce la biodiversidad. Además, puede ser tóxico para el ganado y algunas especies silvestres que lo ingieren. Por estas razones, se recomienda controlar su expansión mediante métodos mecánicos, químicos o biológicos, y evitar su introducción en áreas donde no es nativo.
