Algunas veces, sentimos deseos de ver nuestro espejo interior, pero no encontramos el camino.
Dicen los “entendidos” del espíritu, que el misticismo se representa con el violeta. Por esa razón, cuando necesites, oler el aroma del “espíritu”, envuélvete con unas flores de “violetas”.
Estas flores, con carácter humilde y discreto, nunca pasan desapercibidas. Si tu deseo es inundar tu alma con buenos recuerdos y melancolía, rodéate de unos ramilletes de violetas.
Consérvalas en ese espacio especial, que tienes para la meditación, la contemplación o la oración. Las Violetas siempre te acompañarán en tu camino, son sin lugar a dudas una bonita fuente de inspiración espiritual.
Si lo que deseas es decorar tu casa con paz, no dudes en cultivar unas violetas que mantendrán vivas las alegrías de tu espíritu.
Características:
Las violetas son pequeñas plantas herbáceas, que aparecen por lo general inadvertidamente en los jardines, miden alrededor de 10 a 15 cm, a pesar de su carácter de “huésped no deseado”, las violetas se han convertido en plantas populares, para mantener en los jardines, no como el centro de atención, pero si para armonizar algunos espacios, que sin duda, lo llenan muy bien con su presencia.
Estas plantas, se propagan fácilmente, por eso es que logran prosperar cuando se les cede un espacio en el jardín.
Sus hojas son de forma acorazonada, y se le observa por encima, líneas radicales. Sus flores, tienen 5 pétalos de color violeta oscuro, que le da el nombre a la planta.
Aunque son resistentes a la luz, no es recomendable su exposición directa al sol para su reproducción, se clasifican como plantas de “semi –sombras”. Es primordial, la irrigación adecuada, ya que no es una planta que se adapte a sequías prolongadas. Abundante materia orgánica, aviva el crecimiento de las flores, por lo que, suministrar un buen abono de PH algo neutro, será la mejor decisión para cumplir ese objetivo.
Las Violetas, como es lógico, pueden reproducirse por semillas, así que si deseamos reforzar un jardín con violetas, podemos agregar unas semillas, directo a la tierra abonada.
Una historia:
El lugar favorito de la abuela, era al lado del árbol de la esquina. Nosotros, nunca sabíamos la razón de porqué ese, y no el gran cedro que estaba en el centro del patio.
Un día, que ella no estaba allí, me acerqué al lugar, al cual ella era tan asidua y descubrí al lado de sus raíces, unas bellas intrusas color violeta. Nadie las había colocado allí, pero ellas, allí estaban.
¿Será ese bello color violeta, que avivan su espíritu?
Al parecer, así era, ya que en secreto, observaba como la abuela, de cabellos color plata, buscaba en la tardes, herramientas de jardinería.
Así que las pequeñas y humildes violetas, no solo alegraban su espíritu, también entretenían su mente y ponían a trabajar su cuerpo.
Así que para la abuela, el viejo dicho “cuerpo, mente y alma”, llegaban a ella a través de un humilde ser vivo, cuyo mérito es, “tener un hermoso color violeta”.