Originaria de las zonas tropicales del centro del continente africano, específicamente Kenia, Tanzania y Sudáfrica, tenemos esta especie, cuyo nombre científico es Zamioculca Zamiifolia.
Esta especie tiene la particularidad de pertenecer ella sola a un género de planta, es decir, que es monotípica. De igual manera, destaca por ser muy conocida y utilizada en la ambientación de espacios exteriores. La Zamiaoculca, pertenece a la familia de las Araceae.
Descripción botánica
La Zamiaoculca, es una planta de tipo herbácea que manifiesta un crecimiento un poco lento, cuya altura oscila entre los sesenta y setenta centímetros. En condiciones óptimas, esta especie se comporta como perenne, no obstante, si es sometida a períodos de sequía extensos, puede ser caducifolia.
El tallo es un rizoma subterráneo suculento, el cual cumple la función de almacenamiento de agua durante los períodos de sequía. Las hojas son de tipo pinnadas y llegan a medir setenta centímetros de longitud. Se comportan como órganos de reserva de agua y son de un color verde oscuro y de tonalidad brillante.
Las flores se agrupan en una inflorescencia tipo espádices de un color amarillento, sin embargo, este órgano no se aprecia cuando la planta está cultivada en interiores.
La polinización en la planta de Zamiaoculca es entomófila, es decir, se realiza mediante insectos. Su fruto es de tipo baya, de un color blanquecino y de forma redondeada, y tiene más de diez milímetros de diámetro.
Uso de la Zamiaoculca
El principal uso de esta especie vegetal es el de ornamental. Es considerada la reina del Feng Shui y, por ende, como grandes almacenes de energía positiva.
Sin embargo, esta planta en el continente africano tiene amplio uso en el ámbito medicinal, en donde se utiliza principalmente sus hojas, para tratar tanto afecciones respiratorias como alergias.
Cuidados que necesita la Zamiaoculca
Esta especie de planta tropical es conocida por ser muy resistente a las adversidades y de las menos exigentes del reino vegetal. No obstante, no queda exonerada de la necesidad de cuidados básicos para su óptimo desarrollo.
Multiplicación:
La multiplicación de la planta de Zamiaoculca se realiza de manera asexual. Siendo los esquejes foliares y la división de bulbos, las más utilizadas. Ambos mecanismos de reproducción son bastante lentos.
En el caso de la multiplicación por esquejes foliares, se deben retirar en otoño las hojas, incluyendo el peciolo y deben ser enterradas las mismas en un sustrato con bastante turba y arena en posición vertical.
En el caso de la división por bulbo, se sugiere realizarla con las manos y no utilizar ninguna herramienta, bien sea tijeras o cuchillos, debido a que se podrían herir los bulbos y afectar el crecimiento natural de la planta. Estos bulbos, deben ubicarse en grupo de tres por cada envase que se usará para la reproducción.
Sustrato
Este aspecto en el cultivo de las Zamiaoculcas, no es tan relevante. Sin embargo, se sugiere que el sustrato a utilizar sea ligero, suave, con buena estructura y con alto contenido de materia orgánica.
Trasplante
Es la actividad más importante y a la vez más delicada a la hora de cultivar esta especie, ya que, si no se tienen los cuidados requeridos, se corre el riesgo de perder la planta.
Esta actividad debe realizarse durante la estación primaveral y hay que hacerla, oportunamente, cuando la maceta o envase no soporte el crecimiento de la planta. El período de cambio de envase, no debe exceder un tiempo estipulado de tres años.
Riego
Dentro de este aspecto en particular, la Zamiaoculca destaca debido a que el riego que necesita para su óptimo estado y desarrollo, dependerá de la luz a la cual esté expuesta la planta.
Si esta se encuentra en una zona donde su exhibición a la luz es generosa, es recomendable que el riego sea continuo y abundante, sin llegar a sobrepasarse, sobre todo en temporadas de altas temperaturas (primavera y verano).
No obstante, si la planta se encuentra en una zona con abundante sombra o medianamente oscurecida, se recomienda que el riego debe disminuirse.
Poda
Para realizar esta actividad de una buena forma, se requerirá quitar el follaje que se encuentre con un aspecto degradante, amarillento o seco para devolver el rejuvenecimiento a la planta y su atractivo natural.
De igual forma, es importante retirar las ramas secas. Todo este procedimiento debe realizarse con herramientas que se encuentren completamente desinfectadas para evitar perjudicar a los tejidos.
Plaga
La Zamiaoculca puede considerarse una especie resistente y no tan exigente dentro del aspecto de su cuidado, es por esta razón que se torna bastante extraño que se enferme por alguna plaga en particular, no obstante, si esto sucede, suele tener como causa principal, una práctica deficiente en su cultivo o cuidado en general.
Una de las plagas más conocidas y comunes para esta especie, es la cochinilla algodonosa. Este parásito en específico, ataca con mucha frecuencia a plantas que se encuentran debilitadas.
Estos suelen absorber la savia de la Zamiaoculcas y dejarla en un estado delicado. Las consecuencias de esta plaga pueden visualizarse puesto que las hojas de la planta se tornan de un color amarillento y tienden a secarse. Asimismo, la planta detiene por completo su florecimiento.
Para prevenir que este tipo de enfermedad la afecte, es necesario y recomendable aplicar abono orgánico de manera regular y emplear el riego de acuerdo a las necesidades que tenga la planta.
Si la Zamioculca ya sufrió un contagio, una de las recomendaciones esenciales es usar un insecticida efectivo y, de igual forma, retirar las plantas que estén ubicadas en zonas cercanas. Esto es fundamental si se desea evitar un posible contagio.
